No.
Algo tan elaborado, tan sustentado, no puede ser trivial. Me refiero a la enseñanza y al aprendizaje. A pesar de que en las últimas décadas se haya caído en el círculo vicioso de medir el aprendizaje con base en simples preguntas a partir de los contenidos, la nueva tendencia, la Reforma, es mucho más que eso. El enfoque en educación por competencias no debe tener límites. Limitarlas supone aberración, contradicción.
Las exigencias del mundo de trabajo no son las que la educación ha pregonado siempre que persigue solventar. La realidad es que no hay congruencia en la formación que reciben los estudiantes de bachillerato y lo que enfrentarán en realidad. El mundo y su operación, demanda operaciones cognitivas más simples y menos relacionadas con la teoría que enseñamos, nos exige comprender la realidad con toda su complejidad. En la vida, en una empresa, en los deportes, se compite, pero es diferente ser competidor, cuyo rol es concreto y limitado a ganar o perder, y ser competente, donde las capacidades, habilidades y conocimientos se combinan para un desempeño integral del individuo sin límites. En esta dirección, la práctica profesional queda desprovista de sentido si se le desarrolla sin análisis y reflexión teórica. Si no se tiene un sentido claro sobre la preparación que se les da a los estudiantes en el bachillerato, sin reflexión ni análisis y no comprenden para qué se les prepara, no tendrán motivación. Pero tampoco podemos preparar personas para el trabajo. Eso es capacitación y también existe una gran diferencia entre la capacitación y la educación.
En mi opinión, se capacita con un propósito específico para una acción o actividad específica, pero educar tiene implícitas tantas finalidades como cualidades. Se capacita para desempeñarse con eficacia en un puesto, porque al dueño de la empresa le interesa contar con personal que sea eficiente y eficaz. Con el enfoque por competencias, el docente no sólo se preocupa porque el estudiante adquiera conocimientos y sepa aplicarlos, se le educa para que pueda desempeñarse exitosamente en la vida con conciencia cívica, sentido de responsabilidad, etc., se educa para el trabajo, para desarrollar habilidades, adaptarse, apegarse a normas, etc. Alguien que ha recibido educación, es fácil de capacitarse. Estas son las razones por las que creo que los académicos se atrincheran en la educación mientras que los empresarios se alejan de ella.
Desafortunadamente se acepta en el mundo académico en general la idea de que el aprendizaje significa fundamentalmente que el estudiante incorpora a su acervo personal unos nuevos contenidos. Efectivamente, parece que se generaliza el aprendizaje simplemente como una adquisición de conocimientos y sin embargo y por lo que hemos visto, esto es inherente de la capacitación. Cuando el sujeto asimila la información de la realidad, aprende.
En una clase de comunicación el examen final contendrá preguntas a propósito de unos contenidos de comunicación vistos en clase, de ninguna manera y en ningún caso habrá ahí pregunta alguna respecto de los cambios ocurridos en las formas de comunicación del estudiante como persona; al aprender, el ser humano almacena determinados datos, y aunque esto no propiamente es aprendizaje, nuestra sociedad basa sus juicios sobre un individuo por lo que sabe.
Un aprendizaje debe ser significativo y para que sea significativo debe dejar huella en la persona. Mucho más allá de memorizar, el vivir la experiencia de aprender a través de diferentes estímulos sensoriales, transforma la percepción de la persona y a la persona misma. Se debe conseguir el aprendizaje significativo para que la persona impactada por este tipo de aprendizaje, encuentre sentido en su vida y vea plasmado el éxito en su desempeño y logros. No todo el aprendizaje es significativo. Por ejemplo, memorizar las tablas de multiplicar no representa un aprendizaje significativo, pero las operaciones de multiplicar y dividir sí lo son, en el orden de ideas en que significativo (que da a entender o conocer con precisión algo) no es lo mismo que importante (conveniente o interesante), y recordar eventos, conceptos o ideas (como el número telefónico para una cita) es importante y no tanto significativo. El ser humano aprende significativamente sólo aquello que percibe como necesario para la sobrevivencia o el desarrollo propio. Un discurso verbal se considera un instrumento educativo inapropiado y sin embargo no lo es, ya que el estudiante debe conocer cómo su interlocutor forma su propia opinión sobre un tema específico, cómo maneja su forma de expresión. Interactuando de esta forma se forma sus propias ideas y aprende de manera significativa por sí mismo, percibiendo lo necesario para sí mismo.
El entorno cobra importancia entendiendo por situación de aprendizaje el ubicar los procesos mismos de enseñanza-aprendizaje de contenidos dentro de aquellas realidades que permiten la acción y a través de las cuales se pretende desarrollar unas determinadas competencias.
De modo que la educación no es trivial y con tantos elementos que inciden en su accionar sería aberración, insisto, que tratáramos de medirla sólo con unas cuantas preguntas. El desarrollo integral de los estudiantes es un cúmulo de actividades cuyos resultados no se miden con preguntas. La evaluación por competencias tiene su gracia.
Saludos.
De acuerdo con usted maestro. La enseñanza es algo más que un salón con alumnos y un profesor al frente. Usted lo explica cloaramente.
ResponderEliminarFelicidades y seguimos en contacto...
Hola Luis francisco, me gustó mucho la foto que colocaste como fondo y me gustó mas la frase "Un aprendizaje para que sea significativo debe dejar huella en la persona". Pero no debemos dejar de lado que también nosotros como docentes debemos dejar "huella" en nuestros estudiantes y esto se refleja cuando nos recuerdan con cariño o con admiración, nos saludan en la calle conuna sonrisa o nos presentan a su familia con orgullo.
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